Para enseñar a los niños las normas de la biblioteca, he usado un sencillo juego de tarjetas rojas y verdes para señalar lo correcto e incorrecto.
Con los más chiquitines también funciona.
Y para recordar donde colocar el libro que hemos cogido, hemos creado unos "mantenedores" del espacio con cartulina. Cada niño ha creado el suyo propio, cuando van a la biblioteca y eligen un libro, colocan su "mantenedor" en el lugar del libro. Así cuando acaban de leer, vuelven a colocar el libro en su sitio original. Es una forma fácil de mantener ordenada la biblioteca.
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